jueves, 21 de junio de 2012

elipsis temporal.

Me estremezco al leer las últimas líneas. Hace 2 años, 4 meses y 1 día que no me paraba a escribir en este blog que creía mi casa, en aquel entonces, en aquella situación. Ahora, me siento extranjera, extranjera frente a un documento en blanco que pretende que vomite palabras. Puedo sentir su impaciencia, se traspasa de la pantalla al calor y la humedad de este ambiente veraniego.
Me doy cuenta de que hace mucho que no escribo en castellano. El pobre quedó relegado a la descripción de mis pensamientos más sombríos, destinados al intimísimo público que son los 3 cáctuses que florecen en mi ventana. Y ahora el inglés ha tomado su lugar, con su fonética más redonda, según mi parecer, y sus consonantes confusas.
Me vuelvo a estremecer al pensar en todo este tiempo pasado entre la última entrada y ésta. Tantas cosas han llegado a pasar que no estoy segura ni de si soy capaz de recordarlas todas. Mierda de memoria por asociación. Mierda de memoria lineal. Mierda de memoria en general. Aunque realmente tampoco se trata de contar aquí mi vida en verso. Esto no es un diario. No lo es ni lo fue jamás. Aunque sí me gustaría que fuera una especie de diario de sensaciones. No de sentimientos; sensaciones. Es más, sensaciones, en itálico. Tampoco trataría sobre el cuerpo, al menos no exclusivamente, si no que más bien englobaría esos momentos en que nos atraviesan relámpagos por la columna vertebral. O nos da un vuelco el estómago (que no el corazón). O se nos enmascara la vista.
Siento que en este intento se me acabarán las palabras. Puede que incluso tenga que visitar a mi viejo amigo diccionario.
Qué excitación, amigos lectores. Qué excitación.





2 comentarios:

Laura dijo...

Echaba de menos tu literatura menos musical justamente por esos "momentos en que nos atraviesan relámpagos por la columna vertebral". Así que gracias a ti por clavar nuevamente el dardo en el centro de mi diana. :-3

la chica transoceánica dijo...

Realmente me siento alagada. No porque sienta que mi "literatura menos musical" sea nada del otro mundo, sino más por la nostalgia que me provoca recordar esos tiempos en los que usted, señorita, y yo, intercambiábamos textos, sin siquiera conocernos tanto. Agradezco tu comentario. Lo agradezco tanto que creo que vuelvo para quedarme. Pero ya se sabe, mis raíces no están muy ancladas. Soy chica de tierras extrañas, soy gitana de sangre y me muevo por donde el viento me lleve. Así que me quedaré hasta que haga falta. Gracias, gracias, gracias.